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Manejando aspectos de la agricultura en su silva, Bello quería que el valor hacia la tierra, trabajarla y quererla, se manifestara como el pilar en el cual la gente en la zona tórrida se podiera establecer. Que con inculcar el valor a los elementos naturales se conmoviera la gente a lo sencillo de la vida del campo. En sí el valor debe ser atribuido a la composición progresista de Bello por los amplios mensajes que deseaba aportar a las poblaciones latinoamericanas, participando así en crear una identidad colectiva propia una vez adquiridas sus independencias.

CREACIONES ESCOLARES/SPANISH WORKSHOP

Imágenes de Internet

Por Michelle Topete

mtopete@csustan.edu

–Trabajo para el curso “Literatura y civilización de Latinoamérica”, California State University-Stanislaus–

Día de publicación: 14-septiembre-2014

El gran iniciador de emancipación intelectual y una de las figuras latinoamericanas más importantes del siglo diecinueve, Andrés Bello, nació en Caracas, Venezuela el 29 de noviembre en 1781.  En 1826, mientras su estancia en Londres, Bello compuso la excelente silva “La agricultura de la zona tórrida”, cuya aspiración era distinguir los elementos físicos de la naturaleza para establecer los valores en los que se debe basar una sociedad, en particular la de su patria venezolana y el continente latinoamericano. El propósito de este trabajo es comprobar cómo en un fragmento de esta silva, la teoría del materialismo cultural, de Marvin Harris, puede ser utilizada para interpretar cómo se forma una identidad latinoamericana.

Durante el siglo dieciocho, la historia de los países colonizados se puede distinguir por el ansia de convertirse en naciones independientes (Garganigo 168). Otros trabajos de Bello (“Alocución a la poesía) tratan tal tema para poder despertar al continente latinoamericano, para que dejen de imitar las influencias europeas y desarrollen una identidad profundamente americana. Ya se había visto en otras partes del mundo el rompimiento y rebeldía de otras naciones contra el poder colonizador. Los Estados Unidos reclamó su independencia (1776) además de que ya había ocurrido la Revolución Francesa (1789). En 1810 la Revolución independentista, comisionó a Bello trasladarse a Londres para recabar ayuda para la lucha. Por los esfuerzos de íconos de liberación como Bello, y el estudiante poeta, Simón Bolivar, igual a otras naciones latinoamericanas, se van gestando las liberaciones: “Entre 1810 y 1830, los españoles pierden todo su dominio sobre el continente americano” (Garganigo et al. 169). Como los eventos de las otras naciones, ahora liberadas, dejarían su huella, los pensamientos tomarían un papel de importancia fundamental en el continente latinoamericano.

A partir de la vida independiente, varios aspectos fueron afectados por esta nueva transición. Los terrenos de la política y la narrativa, y relativamente, la poesía, fueron influenciados por esta encontrada libertad. Lo describe mejor Garganigo cuando dice: “Esta etapa literaria ha sido eurocéntricamente denominada el período Neoclásico” (170). La revolución experimentada por las naciones americanas resultó en que autores latinoamericanos adoptaran elementos del  estilo europeo con contenido haciendo reverencia a la patria.

De la escuela neoclásica europea se aportaron varios elementos que se distinguen en características de estructura similar. En el campo de la estructura se reconoce la imitación  de los clásicos y el formalismo. Imitando a los clásicos garantizaba que la antigüedad grecolatina  se iba a usar como el modelo al que todos los artistas deberían aspirar (Garganigo et al. 170). Durante su juventud, la educación de Bello fue formada por el gran latinista Fray Cristóbal de Quesada. Mientras a los quince años estudiaba clásicos del Siglo de Oro, la formación de su aprendizaje permitiría  que el autor creara su poesía con el mismo sentido formalista. El formalismo encapsulaba que se debería guiar al artista con reglas y convenciones literarias clásicas, que se demuestran en el vocabulario tanto como en el español del venezolano.

Respecto a conceptos basados en la categoría de principios: racionalismo, buen gusto y enseñar deleitando fueron características que influyeron este período neoclásico. El exceso del arte barroco resultó en el racionalismo, donde la razón debe dominar las éticas tanto como las estéticas. En términos sencillos, el buen gusto comenzó una estricta sujeción a lo convencional—otro resultado de los excesos del barroco (Garganigo et al., 170). Ilustrar, educar y divertir sería la expectativa de un artista, que pueda enseñar deleitando.

La silva de Bello demuestra otro concepto muy neoclásico: la poesía neoclásica fue la descriptiva de la naturaleza bajo la influencia directa de las culturas clásicas y del Iluminismo. Esta tendencia de ser inspirado hasta el punto de exaltar al mundo natural en la poesía fue un elemento particularmente neoclásico obvio en la silva dedicada a la patria del poeta. Emplear el tema de la naturaleza igual a la importancia de trabajarla establecería el pilar de inspiración latinoamericana. Su tema poético demuestra el corte neoclásico, abordando los campos, la naturaleza, las jóvenes industrias de América, el trabajo y de vida ordenada y pacífica después de la guerra de Independencia.

Teoría: Marvin Harris (1927-2001): materialismo cultural

Antes de continuar con la descripción de la teoría de Harris, se necesita aclarar un punto significante. Este antropólogo creía de forma vehemente establecer el “materialismo cultural” como una ciencia legítima. Es importante anotar que la teoría del antropólogo estadounidense se estableció en el siglo XX mientras que la silva de Bello fue escrita en el XIX. Aunque exista un tiempo bastante apartado, la teoría se encuentra en relevancia respeto de lo que inspiraba cumplir Bello.

Harris reconoce que el pensamiento original en el cual está basada la teoría del materialismo cultural se lo debe a Carlos Marx :

“El modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, políticos y espirituales de la vida. No es la consciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, su existencia social  determina su conciencia” (55).

Cada aspecto de la vida del ser humano se asocia a una base material. Marx inculcó conceptos fenomenales relacionados al modo de producción que él observó y aclaró que el hombre no es el dueño de lo que él piensa, si no que es un producto de su propia circunstancia social. Harris tomó un paso innovador en adoptar el mismo concepto para aplicarlo a la teoría del materialismo cultural:

“Los modos de comportamiento “étic” (*) de producción y reproducción probablemente determinan la economía doméstica y política de comportamiento ético, que a su vez determinan las superestructuras mentales y de comportamiento. Para ser breve, este principio puede ser referido como el principio del determinismo infraestructural (traducción mía)” (Harris 55-56).

Para el propósito del análisis de la silva “La agricultura de la zona tórrida”, sirve en particular el fragmento: “superestructuras “emic” (**) mentales y de comportamiento”. Dentro de nuestro ser, existen superestructuras que se han establecido producto de todas las experiencias de vida. Para Bello, poder ser educado por un especialista en letras latinas, le permitió adquirir una educación muy profesional. Se le concedió la oportunidad de emprender sus propias traducciones de trabajos clásicos como la Eneida de Virgilio. Así mismo, su conocimiento sobre Venezuela le inculcó un valor profundo a la naturaleza majestuosa que existe en ese país fecundo.

Sobre la “zona tórrida”

Es beneficioso reconocer cuáles recursos literarios componen el gran poema del venezolano. La definición exacta de una silva es: “composición poética que incluye una mezcla de versos endecasílabos y heptasílabos o endecasílabos solos. No hay orden de rima o de estrofas” (Garganigo et al. 767). Así es la silva de Bello, pero hay que anotar su pasión y talento ya que el poema en su totalidad consta de 38 versos, con 12 versos de arte menor y heptasílabos, 26 de arte mayor y en endecasílabos, mientras 10 son versos sueltos. Utiliza también la sinalefa, el encabalgamiento y la reiteración como recursos literarios. En dos líneas escribe: “Tú das la caña hermosa, de do la miel se acendra,” el autor usa el recurso literario del encabalgamiento para adorar la caña y el jarabe delicioso que se produce con la manipulación de este producto natural. Se encuentra el uso de un “Tú” constante que es emplear la reiteración para referirse a una “zona fecunda”, lo utiliza para darle emoción a la conversación que mantiene con la exaltada naturaleza.

“¡Salve, fecunda zona, que al sol enamorado circunscribes el vago curso, y cuanto ser se anima en cada vario clima, acariciada de su luz, concibes”, escribe el poeta en la primera línea dándole un saludo cordial con afección a su querida tierra fértil (Bello 229). Aunque el autor era de patria venezolana, ampliaba este deseo de adorar la naturaleza y otros países latinoamericanos: “Providencia a las gentes del Ecuador feliz, con mano larga” (Bello 229). El significado de esta cita promueve la abundancia que rinde la naturaleza en zonas como Ecuador igual a todo el continente de América Latina. El autor llama a los latinoamericanos a que no seguir el modelo urbano, la ciudad: “del labrador sencillo, lejos del necio y vano fausto, el mentido brillo, el ocio pestilente ciudadano!” (Bello 230).

De esta manera, manejando aspectos de la agricultura en su silva, Bello quería que el valor hacia la tierra, trabajarla y quererla, se manifestara como el pilar en el cual la gente en la zona tórrida se pudiera establecer. Que con inculcar el valor a los elementos naturales se conmoviera la gente a lo sencillo de la vida del campo. En sí el valor debe ser atribuido a la composición progresista de Bello por los amplios mensajes que deseaba aportar a las poblaciones latinoamericanas, participando así en crear una identidad colectiva propia de los latinoamericanos una vez adquiridas sus independencias. Como en todas las vocaciones que abordaba el gran humanista, logró transmitir la pasión que lo alimentaba  a través de sus trabajos literarios.

*Etic: término antropológico que significa perspectiva de afuera.

**Emic: término antropológico que significa perspectiva interna.
Obras Citadas
Bello, Andrés. “La agricultura de la zona tórrida”. Literatura hispanoamericana: antología crítica. Ed. Gómez-Gil, Orlando. 1ra ed. Connecticut: Holt, Rinehart and Winston, Inc., 1972. 227-230. Impreso.
“El siglo de las luces: neoclasicismo”. Huellas de las literaturas hispanoamericanas. Ed. John F. Garganigo, et al. 2da ed. New Jersey: Prentice Hall, 2002. 168-172, 197-198, 767. Impreso.
Harris, Marvin. “The Major Principles of Cultural Materialism”. Cultural Materialism: the Struggle for a science of culture. Walnut Creek: Altamira Press, 2001. 55-58. Impreso.

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