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ARTES ESCÉNICAS
Imágenes, archivo del autor
Por Jorge Celaya*
—Exclusiva de Culturadoor.com—
Día de publicación: 4-Feb-2008
En la excarcel de Los Angeles CA. Donde ahora está el Teatro Carmen Zapata del BFA (Bilingual Foundation of the arts), quedé de verme, para ésta entrevista, con Alejandra Flores, mexicana radicada en Los Angeles California hace veinte años. Ella ha hecho cine, televisión, teatro y los últimos cinco años a integrado a éstos quehaceres, los de instructora de un taller de teatro donde los integrantes son lo mismo de México, que de Colombia, de Venezuela y de varias partes de Latinoamérica; con gente de éste taller fue armando un grupo teatral que es con el que actualmente ensaya la adaptación que ella mismo hizo del cuento de La Cándida Eréndira del genial Gabriel García Márquez y que se estrenará, también dirigida por ella, el viernes 15 de febrero y estará en su primer temporada hasta el día domingo 23 de marzo del 2008 en el teatro antes citado.
J.C.- ¿Cuál es el proceso de trabajo con los actores aquí en Los Angeles?
A.F.- En éste pueblo de Los Angeles, los actores por lo general tienen un trabajo que les da para todos sus gastos, trabajan de 9 de la mañana a 5 de la tarde, por ejemplo en éste grupo uno es abogado, una maestra, otro contador, etc. Entonces es muy difícil ensayar en las mañanas, y con actores profesionales también es muy difícil, puesto que todo el día se dedican a hacer audiciones; entonces los ensayos de teatro por lo general son en las noches o fines de semana, cuando no hay filmaciones y audiciones; y como en La Cándida participan dos niñas pequeñas, entonces no las puedo tener muy tarde entre semana porque van a la escuela, así que tengo que ensayar los sábados y domingos todo el día y sábados y viernes por la noche un rato.
Ahora estamos teniendo un poco de problema para recordar cómo va éste segundo acto, que es el que estamos revisando, pues lo marcamos, nos fuimos y no lo volvimos a tocar hasta ahora, imagínate.
J.C.- Si, claro, te entiendo. Tu sabes que a veces a los directores lo que más trabajo nos cuesta, después de haber pasado el trabajo creativo, es lo técnico ¿no? Volver al “tú muévete para acá” “y tú pa’llá” ¿no?
A.F. El tráfico
J.C.- Exacto, como que nos gusta más trabajar sobre el sentido profundo del texto y las imágenes que éste nos provoca ¿no?
A.F.- Claro
J.C.- ¿Por qué la Cándida Eréndira, Alejandra?
A.F.- Es una de esas obras que no sabes cómo y de repente la tienes en las manos, fue un poco como el realismo mágico de la obra ¿no? Éste grupo surge de un taller de actuación que doy hace cinco años y de pronto dije ¡wooow! Tengo lo que yo quería y ni cuenta me di, pero ya está aquí; con algunos de ellos estoy montando la obra. Nosotros hacemos una presentación de alguna obra cada año, y entonces en éste año dijimos ¿pues qué hacemos? Y entonces Escarlata, jefa de producción me dijo ¿por qué no haces la Eréndira? ¡Hay que paaaadre! Dije yo, sin saber en lo que me metía, entonces me pasó el libro de cuentos donde viene La cándida, y lo empecé a leer y claro, me empecé a acordar de cien años de soledad, cuando me la pasaba las madrugadas sin poder cerrar el libro y pensé esto es muy bello, entonces, de alguna manera nosotros lo que hacemos es tratar de llevar al teatro literatura importante para que los estudiantes de todo el distrito de Los Angeles puedan venir a conocer y parte de mi trayectoria ha sido hacer mucho Latinoamérica ¿no? Algo de México, algo de Venezuela, ¿si? Entonces estábamos buscando y entonces les propuse el cuento, lo leímos y nos encantó a todos. Trajimos a la actriz para que hiciera la abuela y trabajamos el cuento como un taller para la presentación del Festival de Nuevas Obras; todos los veranos se hace dentro de la programación del Bilingual foundation of the Arts y se presentan nuevos directores, nuevos actores, y nuevos escritores, y también funciona como un muestrario para los suscriptores, quienes pueden pedir que se ponga determinada obra y claro todo depende de que se consigan después los fondos, los derechos; como en Eréndira que se quedo año y medio esperando a ver si podíamos conseguir los derechos, hasta que decidimos pedirlos, entonces, ese fue el caso de Eréndira; cuando la pusimos tuvimos tres noches lleno total, se reventó la casa.
LA CÁNDIDA ERÉNDIRA
J.C.- ¿Cómo te llevaste con el realismo mágico de la obra?
A.F.- A mí me encanta el realismo mágico y es un reto para mí como directora de teatro, porque yo no soy directora, yo soy actriz; entonces es un reto para mí dirigir y es un reto para mí dirigir realismo mágico, no es fácil, entonces hay ciertos elementos en la puesta que creo que sí son muy de realismo mágico, por ejemplo hay un momento en que la cama deja de ser cama para convertirse en un camión, ése tipo de cosas ¿verdad? Para mí son la magia que solamente puedes lograr en el teatro, porque ni siquiera en foto he podido conseguir ese camión, porque no registra. Registra cuando es en vivo, que ves los dos faros encendidos y a los actores creando el movimiento.
J.C.- Yo pienso que es realmente muy difícil captar el realismo mágico en teatro o cine.
A.F.- Pero en cine se ha logrado muy bien, se logró por ejemplo con como agua para chocolate, se logró muy bien.
J.C.- Si. Hay una película escrita por el mismo García Márquez y Carlos Fuentes y dirigida por Arturo Ripstein que se llama, tiempo de morir, donde pocas veces he visto trabajado con tal maestría el realismo mágico.
A.F.- ¡Aaaay! La tengo que ver.
J.C.- ¿Gozaste más que sufriste o sufriste más que gozaste el realismo mágico y la puesta en sí?
A.F.- Gocé el realismo y la puesta la estoy gozando también. O sea, sé que es un reto y de repente me pongo a pensar ¿cómo resolverlo? ¿Cómo hacer? ¿Qué hacer? Si está dosificado el realismo, si está bien llevado, bien entendido y una cosa que quiero, que siempre he disfrutado mucho es la música en vivo, soy una amante de la música en vivo, yo soy de las que me iba con mi papá a almorzar los domingos allá en México a Los Remedios y le pedía que les pagara a los grupos norteños para que cantaran gravé en la penca de un magueeeey tu nombreeeee, unido al mioooo, entrelazadoooooo…
J.C.- Claro, los grupos tipo norteño que traen su tarolita ¿no?
A.F.- Y su acordioncita, adoro yo esos fenómenos cuando vas en el camión y sube alguien a cantar, para mí no hay nada en el mundo mejor que eso. Y entonces, cuando ésta obra se me presentó, yo dije, ésta es una historia, éste es un cuento, alguien lo tiene que narrar, pero me chocan los narradores, bueno, pues vamos a ponerle música. Entonces le pusimos música colombiana, así que vamos a oír La Cándida Eréndira con música de vallenato.
J.C.- ¿Que es lo que se te complicó más del proceso?
A.F.- Encontrar al músico, lo que sucede que los músicos son muy sabios, ellos cobran, los actores lo hacemos gratis.
J.C. – ¿De qué manera te ayuda tu experiencia como actriz para comunicarles a los actores lo que necesitas que te den en escena?
A.F.- Yo, como actriz, quiero que me traten con inteligencia. Y cuando un director me pide algo, quiero que me lo pida bien, con claridad y que me permita a mí, probarlo antes de que me insulte, entonces cuando yo trato con todos los muchachos, aunque sé que son novatos, los trato con respeto y les hablo con inteligencia y con claridad, entonces logro mucho.
J.C.- ¿Agregaste alguna imagen en la puesta, que no haya venido en el texto? ¿O algún sueño?
A.F.- Agregué algunas líneas sobre una descripción que hace él del convento.
J.C.- ¿Tratas de que el teatro que haces con tu grupo tenga algún sello? ¿Algo que lo identifique?
A.F.- Yo creo que lo Latinoamericano, yo siempre he sido medio indigenista, así que me gusta mucho la parte indígena que tiene la obra, conseguí al músico a través del consulado de Colombia y el muchacho tiene instrumentos originales de la costa atlántica, que es donde la obra se desarrolla, entonces la música en vivo le dará al montaje ese aspecto cultural, folklórico que quiero que tenga la obra.
GENTE DEL PUEBLO
J.C.- ¿Qué quieres comunicar, si es que quieres comunicar algo, al público, con la puesta de La Cándida Eréndira?
A.F.- No sé si yo tenga un mensaje como directora, no creo. O sea, quizá tenga mi crítica impregnada en la presentación, por ejemplo, hay una escena que sí es bastante mía, pero un poco extraída de lo que a mí me dice el cuento y de la escena que García Márquez ha escrito, que son los misioneros rastrillando el desierto, trayéndose a las concubinas y a todos los indios casándolos a fuerza ¿no? Eso me impresionó muchísimo ¿no? Porque obviamente me pesa mucho haber crecido con la religión católica y después ver toda la mierda que hay. Así que es posible que sí esté impregnado de todas mis frustraciones y mi ansiedad, de mi crítica a la sociedad, pero no creo que yo tenga como directora un mensaje o… no creo.
J.C.- ¿Qué es lo que más te exiges como directora?
A.F.- No salirme del tema principal de la obra, porque mi imaginación vuela desaforadamente.
J.C.- ¿Temes irte a lo efectista, tal vez?
A.F.- Si
J.C.- Y a lo espectacular
A.F.- Si, y bueno, en realidad no podría irme a lo espectacular, porque los recursos no me lo permiten. Creo que si los tuviera, tendría ese peligro.
J.C.- Pienso en tu decisión de no irte a lo gráfico en la puesta, sino mantener el realismo mágico en las líneas, en el texto. Recuerdo la parte del cuento donde García Márquez nos describe que alguien, creo que es el tendero, le da una bofetada a Eréndira y que el cabello de ella…
A.F.- Es como medusa en el aire
J.C.- Una imagen maravillosa y llena de magia, mezclada con la violencia de la agresión y me pregunto…
A.F.- Está en la canción.
J.C.- ¿Cómo la representarías visualmente en escena?
A.F.- No puedes. No puedes Jorge. Las palabras son más grandes que nosotros. Nosotros somos la palabra y hemos creado palabras mágicas.
J.C.- ¿Será por eso que algunas adaptaciones para puesta en escena o para cine, de novelas de realismo mágico, son tan fallidas? ¿Se deberá a que por lo general estos directores han querido representar, a través de la imagen y lo gráfico, la inalcanzable magia expresada en palabras por autores como Juan Rulfo y García Márquez?
A.F.- Que no se nos olvide que también el teatro es palabra, y danza y música; cuando yo me enfrenté a esto, dije, esto tiene que ser como los corridos de México. Éste cuento lo podrías oír en un corrido de los tigres del norte, y el domingo me enteré que el vallenato nació como corrido.
J.C.- El acordeón, utilizado en el vallenato, es un instrumento inseparable del corrido norteño ¿no?
A.F.- Exacto, entonces una de mis preocupaciones más fuertes ahorita es que se logre realmente ese sabor, no quiero que suene como un corrido mexicano, sino que suene como una historia colombiana y ya lo logré porque ya tengo al músico colombiano. Porque yo cuando canto esto, las cancioncitas se oyen como mexicanas, pero si lo canta el colombiano ¡Uuuuh! ¡Otro rollo!
J.C.- Alejandra ¿al público le exiges algo?
A.F. No. Nada. Es más, cuando hacemos concentración antes de las funciones, yo siempre les digo a mis actores cosas como estamos aquí, para entretener al público, nuestro objetivo como actores es entretener, ellos vienen a vernos, pagan por vernos y nosotros debemos darles lo mejor de nuestra alma, nuestro talento y nuestro corazón, con generosidad y sin ego, porque ellos vienen a disfrutar y nosotros sabemos cómo ellos pueden disfrutar. Es una simbiosis perfecta, ellos vienen a buscarnos, nosotros estamos aquí para darles, nosotros queremos que ellos vengan para que nosotros podamos darles lo que nosotros sabemos y es perfecto.
LA ABUELA DESALMADA
J.C.- ¿Al actor que le exiges?
A.F.- Disciplina
J.C.- ¿Cuál es tu propuesta dramática actoral? ¿Te apoyas en alguna técnica o método de actuación?
A.F.- Cuando trabajo con el actor en el taller, utilizamos el método de Stanislavsky. Trato de que sean muy honestos y de que vayan trabajando con lo que ellos conocen y tienen y de esa manera tengo yo mayores posibilidades de ir moldeando su trabajo.
J.C.- ¿Llevas alguna especie de laboratorio o taller teatral con tu grupo?
A.F.- Si, te voy a hablar de otro montaje, donde el ejemplo es mucho más claro; Crónicas de inmigrantes, esa obra nació del trabajo actoral dentro de la clase, o sea en base a improvisaciones. Yo les pedía que me dieran en escena el conflicto de su vida, no un problema banal, como el de esperar un camión y que no pase, sino el conflicto de su vida; les pedía que su conflicto a tratar fuera el que más les doliera a ellos como seres humanos y otro de los compañeros era el receptor, sólo escuchaba, sin derecho a intervenir; así empezaron y todas las escenas eran sobre inmigrantes, sin que yo les haya pedido tema específico a tratar, entonces de ahí nació la idea de armar una obra con todas las escenas, eso lo hicimos en unos nueve meses, la obra tenía una duración de dos horas.
J.C.- ¿Cómo se llama tu grupo?
A.F.- ¡No seeee! Jajajjajja, llevamos tiempo buscando un nombre.
J.C.- ¿Cuánto tiempo tienen como grupo?
A.F.- Como grupo oficial, desde crónicas, hace un par de años.
J.C.- Bueno, a mi me parece interesante que no sepas el nombre todavía, porque hay cosas más interesantes que el nombre en un grupo, hay dramaturgos que escriben obras casi perfectas sin preocuparse del título, hasta el final y… bueno ¿Cómo clasificarías al grupo?
A.F.- Lo más interesante en éste grupo es que es intercultural, hay un salvadoreño, un colombiano, un cubano, un argentino, hay una argentina, hay mexicanos, hay un guatemalteco, entonces, eso, ya te da un contexto pues mucho más amplio, entonces, nosotros hacemos teatro, hacemos teatro.
J.C.- ¿Cuáles son las opciones para éste grupo de Teatro en Los Angeles?
A.F.- Yo creo que son muy escasas y de hecho están creciendo y están creciendo mucho y eso es lo bueno, pero todavía se consideran escasas.
J.C.- ¿Por qué crees que son escasas?
A.F.- Porque no hay presupuesto y porque todavía hay una gran parte de la población que no conoce el teatro y es una misión de todos los que hacemos teatro que el teatro sea más popular y yo creo que también nosotros mismos, los que hacemos teatro, nos vemos como muy elitistas y selectivos y queremos que el teatro diga algo o que lleve un mensaje y nos olvidamos de toda la gente que nunca ha ido al teatro y hay que traerlos por primer vez para que se enamoren del teatro y sigan viniendo.
J.C.- ¿Cuáles son los principales obstáculos que ustedes tienen como grupo?
A.F.- Económicos, ese quizá sería el único. Si hubiera más financiamiento, apoyo, si hay pero es muy escaso, y ese es el problema que hay con los grupos de teatro latino o que hacen teatro en español o teatro hispano en Los Angeles; mira, hay un pastel y de éste pastel, hay una partecita así chiquita para grupos de teatro y de esa partecita los hispanos tienen la parte más chiquitita, entonces ésta parte chiquita se la pelean todos los hispanos.
J.C.- ¿Hay mucha actividad de teatro latino en Los Angeles?
A.F.- Si hay. Mira, está José Luis Valenzuela, que está haciendo unas cosas padrísimas y muy importantes con su compañía y tienen dinero para hacerlo, date una vuelta por el west side y vas a decir ¡woow! Y ahora ellos están haciendo algo muy interesante que yo alguna vez quise hacer pero no se pudo, y es que están uniendo fuerzas con otras organizaciones y otras escuelas, o sea te estoy hablando de él como grupo latino, porque los grupos anglosajones lo hacen hace mucho tiempo, pero ellos, como grupo latino, lo están haciendo por primer vez, por ejemplo están haciendo una asociación con UCLA. Había una parte que era latina y que se hacía en The Theater Center Group , que es de los teatros que tienen más dinero en ésta ciudad, yo cuando hice una obra ahí había algo que ya no existe y lo había implementado el director artístico anterior de nombre Gordon Davison, había un componente asiático , un componente europeo y un componente latino bastante fuerte, la cabeza era Luis Alfaro y hay otro grupo de teatro muy fuerte donde a la cabeza está Rubén Amavisca y el hace mucho teatro y tiene un espacio hermoso; está también el casa 0101 y éste fue fundado por una escritora muy importante latina que ha sus diez y seis años ganó un contrato y se llama Josefina Hernández, entonces si hay muchos y cuando sale un grant, todos pelean por ese mismo dinero, ese es el problema más grande.
J.C.- Alejandra Flores ¿Es la misma antes y después de La Cándida Eréndira? ¿Así como una actriz será la misma después de hacer la cándida o un actor después de hacer Hamlet?
A.F.- Pues siempre hay cambios ¿no? Además después de cada puesta siempre hay una línea que se va quedando en tu acervo cultural y verbal, entonces creo que esas son como piezas de tu maduración, como piezas de todo lo que vas haciendo. Después de cada pieza si hay cambios, creo que te vas volviendo como más sabio, sobre todo como actriz, como que experimentas toda una vida que no es tuya en tres meses ¿no?
J.C.- ¿Algo más que quieras comentar?
A.F.- Que me envíes tus obras para leerlas, las indigenistas.
J.C. De acuerdo, lo haré, dalo por hecho. Gracias por la entrevista Alejandra.
Justo en ese momento se acerca su hijita y con voz dulce le dice: Mamá oí que Alejandra (la stage manager) dijo algo como que ya se había terminado el break.
Así que los actores esperan a la directora, listos en el escenario para continuar el ensayo, envueltos en el sonido de la música de vallenato que danza entrelazada con la letra de la cándida Eréndira.
*Jorge Celaya
Dramaturgo Sonorense, guionista de cine, director, actor, maestro y poeta. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Celaya85@yahoo.com