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Memo Garibay
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx
Aquí en Hermosillo perdura el grato recuerdo de Guillermo “Memo” Garibay, un tiempo parte muy importante en la franquicia de los Naranjeros de Hermosillo.
Con Hermosillo tuvo su primera experiencia como mánager en la campaña de 1968-69, cuando entró a la Invernal Sonora-Sinaloa el sistema del Bateador Designado, logrando el tercer lugar sin tener la presencia en el line up de Héctor Espino).
A la siguiente temporada repitió en el puesto y luego en la 70-71 hizo historia, pero ya como gerente general.
Y es que los Naranjeros con Maury Willis de manager y Benjamín “Cananea” Reyes de coach, ganaron el título para representar por vez primera a México en la Serie del Caribe en República Dominicana.
Memo Garibay siempre amable y afable, logró en aquella época ganarse a pulso el cariño y el reconocimiento de la afición hermosillense dentro y fuera del terreno de juego.
Además, traía en sus hombros la experiencia de haber sido cinco años mánager de los Cañeros de Los Mochis y el tricampeonato con los Venados de Mazatlán en la vieja Liga de la Costa del Pacífico, (del 52-53 al 54-55), todo un récord.
Era Memo toda una personalidad y sobre todo, gran estratega del béisbol de aquellos años.
Nació el 6 de junio de 1921 en Torreón Coahuila y de acuerdo a una foto del libro “Béisbol/Pasión y Orgullo Lagunero” de Javier Cavazos Gómez, en 1939 ya se ve enfundado en la casaca del Unión Laguna.
Ahí en esa imagen histórica está junto al cubano Alcibíades Palma, Clarence Brooks, José “Zacatillo” Guerrero, Jesús “Borrachita” Reza, Oscar Martínez, entre otros, dirigidos por Salvador “Llorona” Benavides, quien los llevó al título en la Liga Norte.
Ese equipo lagunero daría pie a la primera franquicia profesional de Torreón en la Liga Mexicana con el nombre de “Jaboneros” por el respaldo económico que tenían de la empresa Jabonera Unión.
Y ahí, con ese conjunto, en la campaña de 1940 estaba debutando en la pelota de paga como jardinero Memo Garibay… ¿y sabe a quién tenía de compañero?: ni más ni menos que ¡a James “Cool Papa” Bell!
El manager lo fue Jesús “Matanzas” Valdez y en el line up aparecían tipazos como Chester Williams, Red Ruffing, Roy Walmaker, Manolo Fortes, Alcibíades Palma, Milton Smith, Tom “Lefty” Grover, Sam Parker… tremendos peloteros de color procedentes de Missouri.
Otros eran el mismo Alcibiades Palma, Roy “El Indio” Arqueta, John Fillmore, Roy Williams, además de otros peloteros mexicanos de gran experiencia que le impidieron jugar pero si aprender a diario desde la banca como parte del roster lagunero.
Novato del Año
Sin embargo en el 41 ya tuvo la oportunidad de comenzar a demostrar su valor en el juego y teniendo primero de timón a Melo Almada, (debutó como timón-jugador); luego a Manolo Fortes y finalmente a Martín Dihigo.
Memo logró batear .243 en 86 partidos en que participó, ganando además el título de Novato del Año.
Con el conjunto de Dihigo, quien un año antes había llevado al trono al Veracruz, también estaban Pancho Alcaraz, Manolo Fortes, Basilio “El Brujo” Rosell, Alejandro Crespo, Sam Hughes, Mike Simmons, Joseph Benson, entre otros grandes de la época.
Primer campeonato
Memo Garibay tuvo en 1942 la oportunidad de disfrutar un primer banderín en la Liga Mexicana cuando los todavía “Jaboneros” se coronaron campeones con Martín Dihigo de manager y pítcher estelar de cabecera.
Dihigo, “El Inmortal”, ganó esa vez la triple corona de pitcheo con 22-7, 211 K y 2.53 de ERA, pegándole también a blanquita al son de .319.
Fue titular de uno de los jardines al lado de Jesús “Chanquilón” Díaz y Carlos Colás. Sin embargo su bateo apenas alcanzó promedia un .211.
Se recuerda que en tanto “El Maestro” Dihigo llegaba de La Habana, el rol regular lo inició como piloto Agustín Verde, quien traía el registro de haber ganado los campeonatos del 37 y 38 con El Aguila de Veracruz.
Se convierte en receptor
En la campaña del 43 en la que promedió .256, sucedió que Martín Dihigo le pidió a Garibay fuera su receptor cuando él lanzaba ya que no se sentía cómodo con el cubano Colas, por lo que a partir de ahí incursionaría en esa difícil posición.
Los años del 44 y 45 jugó con los Tecolotes de Nuevo Laredo y luego siguió con San Luis y Veracruz, para finalmente cerrar de nuevo su ciclo como jugador con Unión Laguna entre el 49 y 52 acumulando en once temporadas un porcentaje global de .245.
Primer banderín como mánager
En este devenir de Memo Garibay, el año de 1950 le significó algo por demás especial en su nueva faceta como estratega.
Tras perder la final ante Monterrey en su debut como timón en 1949, Memo empezaría a ser demostrar una prometedora y exitosa carrera en esa función al llevar en el 50 al campeonato a Torreón, el segundo en la historia de este equipo.
Garibay tenía así su primer galardón como manager-jugador en la Mexicana al vencer en la final a los entonces llamados “Pozoleros” de Jalisco con el pitcheo de una tercia de aseos conformada por Barney “Brinquitos” Brown, Tomás Arroyo y Henry “Obispo” Millar, apoyados por Pedro “Charolito” Orta, “Zacatillo” Guerrero, Leo Rodríguez, Laureano Camacho, Agustín “Pijini” Bejerano, “Chanquilón” Díaz, Otello Renfroe, Carlos Regalado…
Para la campaña del 51 las cosas fueron algo diferentes y no pudieron repetir el gallardete con todo y que reforzaron la ofensiva al contratar a Buck Leonard (bateó .322).
Memo tuvo en ese año su mejor promedio ofensivo (.314) en su carrera, pero eso ya era lo de menos: su nuevo reto era dirigir y ganar campeonatos.
Y ya tenía de frente a la Costa del Pacífico…
Fueron 9 títulos
Sigamos juntos en el tiempo observando la brillantísima carrera como manager de Memo Garibay iniciada en 1949 con Unión Laguna, equipo con quien en 1950 obtuvo como ya le dije obtuvo su primer banderín como estratega.
Sería ese campeonato con los laguneros el primero de sus siete en el béisbol de la Mexicana y Costa del Pacífico, además de otros dos en la Arizona-México.
Garibay, sin duda, se ubicó a la altura de los grandes pilotos del béisbol escribiendo páginas gloriosas y al igual que Lázaro Salazar también ganó siete banderines en la pelota mexicana.
Y así como “El Príncipe” obtuvo el tricampeonato con los Industriales de Monterrey (47 al 49), Garibay hizo lo propio en la Costa con los Venados de Mazatlán en las campañas de 1952-53, 1953-54 y 1954-55, algo formidable. Ambos tienen ese récord, vigente en la pelota nacional.
Cerró con broche de oro
Resulta imposible olvidar cuando al término del campeonato, su tercero al hilo, Garibay y sus Venados se enfrentaron al equipo campeón de la Invernal Veracruzana, los Petroleros de Poza Rica:
En la serie de cinco a ganar tres, Poza Rica se llevó en el puerto el primero 2-1 con pitcheo de tres hits de Robert “Bob” Mitchell Garber, superando a Ronnie Kline. La carrera de los Venados fue producto de un cuadrangular de Felipe Montemayor y párele de contar.
En el segundo choque los veracruzanos le encontraron la bola a Daniel “La Coyota” Ríos y pronto se pusieron arriba 7-0. Sin embargo, jonrones de Ray Zonta y Nippy Jones ante Al Grunwald acercaron el cartón.
George Genovese, el timón petrolero movió a Grunwald a primera y trajo a la loma a Wilfirdo Salas y ¡…error!: el cubano Raúl Navarro ¡le pegó sensacional grand slam para el 8-7 definitivo!
Se fueron a Poza Rica y Memo Garibay designó a Procopio Herrera para el tercero, una decisión más que certera: ganó 3-1 y con ellos estaban a un triunfo del campeonato.
El cuarto decisivo fue entre Garber y “La Coyota”, el hombre de todas las confianzas de Garibay y se fueron a un duelo de 0-0 hasta la octava en que el norteamericano lanzaba sin hit ni carrera y Ríos para dos hits.
Pero todo se escribió en la apertura del noveno cuando el propio Daniel Ríos ¡conectó el cuadrangular de la victoria a Garber para la coronación!
Los petroleros amenazaron al cierre pero “Balazos” Martínez y Ronnie Kline entraron en ayuda de “La Coyota” para preservar un histórico triunfo.
Garibay cerraba así con broche de oro su tricampeonato ante un poderoso equipo donde estaban Pepe Bache, “Cañitas” Moreno, Bobby Knopp, Roy Parker, Gene Collins, Clarence Buheller, Memo López, Emilio Ferrer, Lolo Juárez, Ramiro Caballero…
Garibay tuvo a Angel Castro, Epitacio “La Mala” Torres, Rubén Amaro, Dick “Siete Leguas” Hall, Montemayor, Zonta, Kline, Procopio, Barney “Grillo” Serrell, “Zacatillo” Guerrero, Glen Cox, Alfonso Ruiz y el prospecto Alfredo “Yaqui” Ríos.
En el viejo circuito costeño logró otro título en la campaña de 1957-58, el último año de esa potente liga que dio paso a la Invernal de Sonora, más tarde en 1965-66 Sonora-Sinaloa y desde el 70-71 Mexicana del Pacífico.
Garibay también conquistó dos campeonatos con los Mineros de Cananea en 1955 y 1956 en la Liga Arizona-México.
Otros tres banderines
En la Liga Mexicana ganó tres banderines; el del 50 con Torreón y luego en 1960 con los Tigres capitalinos, éste, apoyado en gran forma por Beto Avila y Luis Tiant, quien en ese tiempo cifraba 19-20 años de edad.
Beto había terminado su carrera en la Gran Carpa (1959/Bravos de Milwaukee) y una semana después del campeonato con los Tigres, anunciaría su retiro definitivo como pelotero activo.
También ayudó en forma por demás notable el cubano Luis Tiant (17-7), camino a convertirse en toda una estrella en la mejor pelota del mundo. Un año antes (1959), el nativo de Marianao tuvo con los bengaleces horrible 5-19 y luego el 61 logró 12-9.
Sería el 14 de septiembre cuando los Tigres se coronaron 3-2 ante Monterrey gracias a un doblete productor de Beto Ávila en la onceava y teniendo en la loma al formidable Tiant.
A Luis Tiant lo vimos lanzar en la campaña 69-70 en el “Fernando M. Ortiz” con los Naranjeros de Hermosillo. Traía credenciales de haber lanzado seis años con Cleveland en el Big Show, pero su brazo no andaba del todo bien: tuvo 7-5 y 2.94 en 15 Salidas.
Arturo Cacheux, con 15 victorias y Memo Luna (11-6), ayudaron a la conquista del campeonato, lo mismo que Emilio Ferrer, Aaron Flores, César “Oloroso” Gutiérrez, Mauro Ruiz y Jesús Robles.
Con aquel glorioso equipo que el 4 de agosto de ese año experimentó por vez primera con un cuadro netamente mexicano, también estuvieron José “Pasitos” Echeverría en primera (ganó la triple corona ofensiva con .369/17HR/131CP); Carlos Ramírez Muro en el short; Jesús “Chuy” Bustamante, Roberto Montelongo e Hilario “Cuadrado” Peña en la tercera; de receptores, Memo Frayde, Dick Czekaj y el boricua Wilfredo Ramírez… y Beto en la segunda.
En los jardines tuvo a Luis Sayas (campeón estafador con 30); Ricardo “Chamaco” Garza y Rubén Esquivias.
Suficiente para Garibay, quien con su experiencia y conocimientos de estratega iba a lograr otro trofeo de campeón.
El último título
Su último gallardete lo obtuvo en 1967 con los Charros de Jalisco, el primero de su historia. El otro, en el 71, pero ya dirigidos por “Cananea” Reyes, cuando aquel famoso repunte ante Saltillo que lo tenía 3-0 en contra.
La historia de la coronación del 67 se dio contra los Sultanes en un partido donde el circuito todavía no tenía el sistema de play offs, de modo que el equipo con más victorias era el campeón.
El partido decisivo fue en el desaparecido estadio Tecnológico de Guadalajara, coronándose 8-2 ante Monterrey con pitcheo del dominante Andrés Ayón.
Pasta de campeones
En aquella gran temporada hubo un momento en que dibujó de pies a cabeza a aquellos Charros de Jalisco que iban a luchar a toda costa por el campeonato de la Mexicana:
Ocurrió el 28 de junio y se iban a colocar seis juegos y medio arriba de los Broncos de Reynosa dirigidos por Luis “Tite” Arroyo, ex estrella relevista de los Yankee de NY y a nueve de los Diablos Rojos, sus contrincantes en el estadio del Seguro Social:
Los pingos ganaban el decisivo en la sexta 4-0 con Rubén Soqui tirando pelota de cuatro hits, en tanto el abridor Panchito Ramírez y su relevo Bob Cooligan habían fracasado. Pero la historia iba a cambiar dramáticamente.
Viniendo de atrás los Charros de Memo Garibay sacaron “la casta” y en forma sensacional a partir de la séptima le dieron la vuelta al cartón para ganar el campeonato 7-4.
Todo empezó con cuadrangular de Winston Llenas para el 1-4 y luego en la octava Ramón “El Diablo” Montoya quiso atrapar en ese juego otra línea de cordón de zapato a batazo de Elrod Hendricks, pero olvídese, la bola se fue hasta el fondo del jardín central para un jonrón de campo con hombres en tercera y segunda para el empate a 4. Enseguida vino Llenas a dar el puntillazo con otro de cuatro esquinas para el 5-4. Luego en la novena hicieron dos más y ¡bye, bye luciferes!
Juan Suby entró a relevo los dos innings finales y cerró toda posibilidad al México que esa vez rindió loas al Jalisco y su estratega Garibay.
Aquellos Charros tuvieron una inspiración en el campeón pítcher en ganados y perdidos, Andrés Ayón (25-6) y el de efectividad, Juan Suby (2.36); Simón Betancourt (12-8 y Waldo Velo ganando once veces, así como el efectivo cerrador Manuel Lugo.
En el conjunto charro también brillaron Orestes “Minnie” Miñoso, Gabriel Lugo, Domingo Rivera, Eladio Urías, Pepe Rodríguez, Roberto Méndez, Pancho García, Juan Francisco Menchaca, Ildefonso Ruiz, Panchillo Ramírez, “Benjamín “Cananea” Reyes… aún un jardinero derecho regular.
Con este banderín, Garibay cerraría todo un notable ciclo como mánager de equipos en invierno, verano y EU.
Jugador, mánager, directivo…
Memo Garibay había experimentado en sus inicios en la pelota profesional de jardinero, receptor y primera base, pero sería en su calidad de manager como iba a trascender en la historia del béisbol.
Sería el caso de otro jugador regular que al investirse de estratega, sería algo excepcional.
Fue la década de los 50`s cuando conquistaría cinco banderines para ser el mejor manager de aquella década.
En ese periodo pasó a ser el primer timón nativo de Torreón en llevar al Unión Laguna al campeonato en 1950 y luego a cuatro a Mazatlán (tres seguidos) en la vieja Liga de la Costa.
En 1959 tuvo otro gran momento: llegó a los Tigres del México pero a media temporada se fue a sustituir a Luis “Molinero” Montes de Oca con los Diablos Rojos.
Los Luciferes terminaron en el tercer sitio (Poza Rica fue el campeón) y en los play offs ante los Petroleros, Sultanes y Tecolotes, fue el ganador.
Y como ese año la Liga Mexicana y la de Texas se fusionaron para formar la Asociación Panamericana y donde cada equipo (incluyendo al Aguila y Tigres) jugaron 36 partidos contra los texanos.
Bueno, pues al final hubo una confrontación entre los ganadores de cada play off de ambos circuitos, en este caso los Diablos de Memo Garibay y los Senadores de Austin, quienes se coronaron con un sin hit ni carrera de Charles Godin en el quinto juego.
Pero, como vemos, una vez más en ese nivel de pelota ahí estaba la presencia del gran timón mexicano.
Toda una autoridad
Ya Garibay era toda una autoridad en la materia, combinando como manager las viejas estrategias con las nuevas hasta ese entonces.
Esa autoridad moral que le daban sus profundos conocimientos y experiencia, lo iba a convertir en uno de los pioneros en desarrollar peloteros, primero con los Tigres y luego con Jalisco.
Precisamente fue en el invierno del 59 cuando Alejo Peralta abrió lo que fue la primera escuela de béisbol en México y ahí estaba al frente Memo Garibay como director y jefe de instructores.
Esa escuela funcionó dos inviernos consecutivos, surgiendo de ahí peloteros como Pepe Peña, Pancho García, Eloy Gutiérrez, Enrique Castillo, Lorenzo “Carbonero” López y Gregorio Polo, entre otros que también más tarde serían estrellas de la pelota mexicana.
Quería Héctor Espino
Cuentan los que saben que Garibay quería contratar a Héctor Espino ya que lo había dirigido en la Liga Nacional con Chihuahua antes de llegar a los Tigres el 59.
Sin embargo su gran decepción fue que los administrativos bengaleces le dijeron que no tenía caso buscar por otro lado toda vez que la organización estaba formando sus propios peloteros.
La historia nos dice que fue Domingo Santana y no Garibay quien firmaría al “Niño Asesino” para el Club San Luis Potosí, sucursal de los Sultanes de Monterrey…. Y lo que siguió usted lo sabe muy bien.
Con los Tigres, como ayer anoté, fue campeón en la temporada de 1960 y ahí siguió con ellos hasta 1963.
A otra gran faceta
Al término de su ciclo con los felinos, Garibay pasó a los Petroleros de Poza Rica y luego hizo una asociación con los Charros donde siguió brillando su estrella:
Con ellos obtuvo en 1967 su noveno título de por vida, pero todo indicaba que ya estaba listo para entrar a otras funciones en el béisbol mexicano.
En ese último banderín de su brillante carrera, tuvo a su lado un excelente cuerpo técnico que le seguía para todos lados.
Esos grandes del béisbol fueron Adolfo “Tribilín” Cabrera, Ossie Álvarez, Felipe “Burro” Hernández, Baldemar Carmona y Manolo Fortes (+), quienes luego continuaron con “Cananea” Reyes al tomar la dirección de los Charros.
Tal y como ya cité, todavía en los inviernos del 68-69 y 69-70 dirigió a Hermosillo, pero ya para la siguiente temporada (70-71) trascendería como gerente general ayudando al equipo a ir a la Serie del Caribe con Maury Wills de timón.
Además de manager/instructor/formador de peloteros, ahora se había ya convertido en un gran directivo.
Y así regresó en 1972 a su natal Torreón para ser el principal directivo de los Algodoneros a quienes 14 años antes los había llevado a su segundo campeonato de su historia en la Mexicana.
Luego en la misma función de gerente pasó a los Astros de Tampico para volver a regresar en 1986 a los Algodoneros sustituyendo a Roberto Magdaleno que se fue a los Sultanes de Monterrey.
Sin embargo su destino estaba marcado de una manera ingrata y triste: el 17 de octubre de 1996 perdería su vida en un accidente carretero dejando en luto a su familia y a todo el béisbol.
La noticia corrió como reguero de pólvora por todos los confines porque de pronto desaparecía físicamente uno de los grandes mánagers de todos los tiempos del béisbol mexicano.
Tras su sentido deceso, Moi Camacho llegaría a Torreón para tomar su lugar como directivo.
El No. 11 de por vida, se había ido intempestivamente y la verdad, menos de tan trágica e incruenta manera.
Antes de su muerte, Garibay había expresado un discurso donde dijo:
“Le he dado a la afición mexicana todo mi esfuerzo como jugador; ahora sólo me queda entregarles mi corazón…”.
Por su brillante trayectoria, ingresó al Salón de la Fama en 1990.
Sus estadísticas hablaban por él, ubicándolo entre los mejores estrategas de todos los tiempos:
Cananea Reyes y el Paquín Estrada son los máximos exponentes como ganadores de más campeonatos en el béisbol mexicano (10), seguidos de los 7 de Memo Garibay y Lázaro Salazar.
Manuel “Shorty” Arroyo consiguió cinco, Vinicio García y Derek Bryant (4 ) y con tres, Manuel Magallón, Dan Firova y Tim Johnson.
José “Zacatillo” Guerrero es el máximo ganador de juegos con 1,976. Le siguen Paquín Estrada, 1,493, Cananea Reyes, 1,394, Gregorio Luque, 1,153 y Garibay, con 1,084.
Con estos números, está dicho todo para que fuera un inmortal en el Recinto Sagrado con sede en Monterrey.