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Yo no sé qué va a pasar en Arizona. Las cosas están muy críticas. Todos los días se miran patrullas revisando las calles de Phoenix, sí, es como si estuviéramos bajo un estado militar. Pasan los chotas con una prepotencia y se te quedan viendo con ojos de pocos amigos.
Narrativa
Por David Alberto Muñoz
Desde Phoenix, Arizona, especial para Culturadoor.com
Día de publicación: 20-Mayo-2010
¿Te acuerdas cómo nos jodían el año pasado? Pues ahora es peor, me cae…ya nos llevó la chingada. Todo mundo nada más anda viendo a todo mundo. ¿Quién es legal? ¿Quién no es? Es un desmadre. El otro día me dijo Juan que lo agarraron yendo a su casa. Sí, no iba rápido, ni pedo, porque esas son las dos excusas por las cuales nos paran los chotas pero esta vez iba bien, guardando todas las de la ley. Y cuando menos lo piensa, lo agarran, lo cuestionan, lo joden, eso es lo qué no me gusta. ¿Por qué lo tienen que joder a uno? ¿Por qué tienen que detenernos nada más porque somos prietos?
Ya sé que hay muchos que dicen que hemos rotó las leyes. Pues en mi cultura eso de la ley es puro pedo. El que tiene poder es el de arriba, el político, el empresario, nosotros nada más andamos de mantenidos buscando qué hacer para poder comer. Y no lo digo con amargura verdad de Dios. Es la puritita verdad. A mí no me importa qué partido esté en el poder, que ideología gobierne las mentes de los ciudadanos, la conciencia social me vale madre, lo único que yo deseo es que me dejen trabajar para poder comer junto con mi vieja…
El otro día me llevaron a poner una cerca en una casa de esas ricas, a veces ni se imagina uno el dineral que tiene cierta gente; pues te cuento que el pinche patrón según él nos quería ayudar. ¡Chinga tu madre pendejo! ¡No aguantaste ni un round! A la media hora ya andabas sudando, quejándote de cuerpo entero y mentando madre que no hay qué decir. No aguantan el trabajo duro, ¿Quién es siempre el que sigue chambeando pase lo que pase? ¿A ver quién?
No…la mera verdad la situación está muy compleja. Dice mi compadre Manny que si no nos ponemos abusados va a llegar la migra y aunque tengamos papeles los van a romper enfrente de nuestra propia cara. Además, la Lolita, que por cierto lo buena no sé le quita a la cabrona, también dice que lo que tenemos que hacer es protestar, y gritar porque ya hace mucho tiempo que siempre nosotros tenemos la culpa de todo…es como una tragedia de esas griegas ¿no? La culpa siempre ha de ser nuestra.
A mí se me hace que si de pronto regreso a mi tierra me voy a sentir un poco extraño. Un extranjero al cual todo mundo mira con ojos de rareza. El pueblo donde yo nací ha crecido mucho, bueno eso me dicen. Las muchachas a las que cortejaba ya no son muchachas, más bien son señoras, y pues yo ya me hice viejo también. Tengo muchos años viviendo de este lado de la frontera. Y sí, no tengo papeles pero cuando vine las cosas eran distintas. Los gringos se hacían pendejos y te pagaban por debajo de la mesa. ¿No me vas a decir que eso es nuevo para nosotros? Además, nadie quería trabajar en el sol, piscando, construyendo, arreglando todo al aire libre. Ellos mismos decían: “que trabajen los idiotas”. Y pues sí, el idiota soy yo que de pronto me veo sin trabajo, sin oportunidades, con el miedo de que la migra llegue y me vayan a deportar.
La verdad no me parece justo pero quién te dijo que la vida era justa. Al contrario, si tienes suerte o te bendice la virgencita pues no te va a ir tan mal pero si no, te la puedes pasar bien mal compa, bien mal…
Ya he agarrado muchas mañas de por acá…Me dijo el Carlitos que cuando fue de regreso para México todo mundo se burlaba de su español. La mera verdad después de tantos años creo que lo hemos cambiado un poquito.
—¡Háblame pa tras!
—¿Ya hiciste la “aplicación” de trabajo?
—¡Cuál aplicación, “solicitud” compa!
—Hay que levantar fondos.
—¿Pues a poco andamos levantando faldas?
—Vamos a ver una movie ¿no?
—¿Dónde te parqueaste?
—Ya ni la friegas compa, mejor don’t sey nofing ¿no?
Cuando llegué las cosas eran distintas. El país estaba más calmado, casi no había mexicanos por estos lugares, bueno, sí había, pero no eran iguales a nosotros. Ellos decían ser Chicanos y la verdad muchos de ellos ni siquiera hablaban español. No había casi comida mexicana, ni chile, ni carnicerías, ni tortillerías, ni panaderías, mucho menos compas vendiendo paletas en sus carritos por las calles. Me acuerdo muy bien cuando empezaron a vender tortillas, parecían de papel, sabían a cartón verdad de Dios. La única salsa que encontrábamos se llama Louisiana, y la verdad no era como las que comprábamos en nuestra tierra. De pronto, poco a poco empezó a llegar todo lo nuestro, todos nuestros productos. La primera vez que vi el chocolate Abuelita hasta me dieron ganas de llorar. El pan Bimbo, Mayonesa McCormick, aunque tenga nombre gringo, en fin, con el paso de los años hemos traído un poco de nuestra tierra.
Yo no sé qué va a pasar. Las cosas están muy críticas. Todos los días se miran patrullas revisando las calles de Phoenix, sí, es como si estuviéramos bajo un estado militar. Pasan los chotas con una prepotencia y se te quedan viendo con ojos de pocos amigos. Como que la gente se chifló y andan nada más afuera gritando pendejada y media. Ya muchos compas se han ido. A lo mejor yo también me voy. El Oscar ya se fue para Idaho que porque allá no hay tanta migra, y bueno, allá todavía no cambian las leyes como lo hicieron aquí. La Leticia hasta dejo al Samuel así nada más. Le dijo: “oye, de amor no se vive, hay que comer”.
Y por si fuera poco hay una tensión en el país de la fregada. A mí se me figura que los Estados Unidos de América se está yendo literalmente a la chingada. A veces pienso que lo qué pasó fue que cuando hicieron la reforma de Reagan habían prometido permisos para poder venir y trabajar. Pero todo se politizó y valimos madre. La raza siguió viniendo y ahora que quieren arreglarlo todo pues ya no se puede.
No sé qué va a pasar…pero en este momento, las cosas están que arden.
© David Alberto Muñoz: dmunoz7@cox.net