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OFICIO DE POETA
Si dijera que todo comenzó así: la música, cigarros y el café. Tu voz dando giros en mi rostro, en la piel de caricia rebuscada que ayer se sacudió tu olvido.
*Oficio de PoetaDicen que estar solo Pero otro día Otro día es quizás Pero otro día |
*Un Sol que reposó en tu centroSi dijera que todo comenzó así: Tu voz dando giros en mi rostro, No sé, Callado, Y te diría que tú estás sin estar en mí, Que sin avisarme adquieres el color que te rodea, Sólo bastaba decir que eras tú. Pero ahora inventaremos una noche. Una noche donde yo te sienta aquí, No, Meditemos en el vientre de la noche. Cuéntame de tu camión, Dime el número de letras de tu nombre, Cuéntame de tu dolor, Por eso hoy, Adúltera, Digo que la palabra envejeció en tu boca ¿Sabes? Quiero saber si tú eres la misma, Te siento amorosa en torno a tu palabra, No tenía nada qué hacer. Salí a la calle para alejar tu lejanía. Salí a reconocerte Porque debo amarte En tu tocador En el semáforo que a veces odio, Y te amo |
**El Canto de las Sirenas
Llegarás primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro.
Homero
Como un rebaño de olas cabritean
en la blancura de esta página.
Buscan el vaivén de las horas más
núbiles de las 3 de la mañana.
Suelen esconderse en el vestíbulo
del silencio y nadie las vislumbra.
Duermen yermas contigo, aunque nunca
serán tuyas. Al escenario siempre
llevan el mismo papel desde antaño
en el poema, que es en donde envejecen
sin morir.
Se les puede invocar en las puertas
del sueño memorando antiguos nombres
de náufragos infaustos que playean
entre escombros, quienes buscan un trozo
infalible, algún breve cascajo
de salitre o el ansiado maderamen
de un barco perdido entre la pujanza
marítima, sacudiendo inútiles
botellas vacías que hoy repiten
desde la punta de este lápiz; “rilke”,
“rilke”, “rilke”, “rilke”, canto augural
de las sirenas cuando así fustigan
sobre los hombres el venal deseo.
Más allá de los párpados sin sueño,
de las horas dulcísimas de un mar
adentro, cuando plañen las marinas
valvas todo reflujo bajo el agua,
distante, desde exánimes arenas,
oh tú, primera de las Afligidas,
en la espiga de las olas cantabas.
Y tu deseo estaba en la sal
viva de nuestros íntimos deseos.
¡ Thalassa ¡, decías, encrespa la ola,
y bate al viento abriendo tiernos brotes
en la rosa náutica. Hace al día
más lóbrego, con él endulza el aire
de las altas ramas que anidan pájaros.
Al solaz, “en la mar en calma y llana”,
al pairo el alma, es canto inaudito
que repiten impunemente valvas
olvidadas. Sueño inútil que sube
al corazón del náufrago en luna
rala. Es el más antiguo sabor
de la sed de salobres aguas,
un pañuelo de viento en el que huye
espantada de sí la lejanía.
¡ Thalassa ¡, herrumbra todo sendero
secreto de la lluvia, desatando
en vasto mar errátil olas glaucas.
Como latido de aguas zarcas, bruñe
con su hechizo todas las nostalgias.
¡ Thalassa ¡,
es un viento de arena escondido
en la camisa de todos los poetas,
la hembra del silencio, sólo huesos
donde plañen ingrávidas sirenas.
Vedlas ahora retozar insomnes
bajo el ala más profunda del día.
En esa hora en que el alcatraz
con su negro grafiti comba el cielo.
Escucha lo que trae la mullente
espuma. Tú eres ahora Ulises
que retorna a su Ítaca después
de haber amado a las castas sirenas.
El nacido de vientre que ha oído,
sin morir, el canto de Aglaófeme,
la de la voz bella; a Agláope,
de rostro hermoso, y a Imeropa, madre
partenia en culpa del deseo de todos.
Escucha atento a la blanca Leucosia,
a Ligia, la chillona. Mira grácil
esa “atroz escama de Melusina”.
Sobre todo, finge oír la música
de la veneranda Molpe, y guarda
vivo el recuerdo de la doncellez
de Parténope, la sutil lascivia
de Pisínoe venciendo al amante.
Acepta grato lo que tenga Redne,
y a Teles toma por mujer perfecta.
Como un bautismo asume las palabras
de la calma que es pródiga Telxiepia.
Persuádete de Telxíope, y vuelve a la abierta memoria de los hombres.
*Poemas incluidos en el libro Poemas Provinciales, Taller del poeta, Pontevedra, España, 2004.
**Del libro inédito Thalassa. Listo para su publicación.
Antonio Leal, reconocido poeta mexicano radicado en Quintana Roo. Colaborador del foro Orbis Press y de este portal. Correo electrónico: balamqro@hotmail.com
Antonio Leal, derecha, junto con David Alberto Muñoz en Hermosillo, Sonora
Por: antonio leal en May 2, 2020
Mi correo actual es balamqro@gmail.com y no el que aparece en la página CulturaDoor
Antonio Leal
balamqro@gmail.com