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Hoja delgada hecha con pasta de fibras vegetales obtenidas de trapos, madera, paja, etc., molidas, blanqueadas y desleídas en agua, que se hace secar y endurecer por procedimientos especiales.
Un Cuento
Por David Alberto Muñoz
Patearon la puerta, entraron corriendo como si su vida dependiera de eso. No tocaron. Al contrario, pensaban que era su casa. Hicieron mucho escándalo. Nos dieron un susto que creo que hasta mi hermanita y yo nos meamos de la impresión. Entraron con sus pistolas en la mano, gritando, maldiciendo, aventando para un lado cualquier cosa que les estorbase. Mi papá nos apartó de inmediato. Yo no sabía qué estaba pasando. Todo fue tan rápido.
—¡No te muevas! ¡Arriba las manos hijo de tu chingada madre!
—¡Papá! ¿Qué pasa?
—Nada mijito, no te preocupes.
—¿Tú eres López Fernández?
—Sí señor.
—¡Muévete!
—Por favor, son mis hijos.
—Eso lo hubieras pensado antes de saltarte la barda desgraciado.
Todo era tan incomprensible.
Uno de ellos golpeó a mi papá. Traté de hacer algo, pero qué podría yo hacer. Uno de esos policías me aventó hasta el otro lado del sillón mientras mi papá se les echaba encima con mucho coraje pare después ser pateado por más de cuatro oficiales que lo peor de todo eran mexicanos.
—¡Hijo de tu madre…ya te fregaste!
No hay emoción más fea que el querer hacer algo por tu papá, y no poder hacer nada.
—¡Oficial por el amor de Dios! ¿Yo qué hice?
—¡Tú no has hecho nada! ¡Por supuesto qué no! Perdón…sólo hay un problema. ¡Eres ilegal hijo de tu…!
Mi hermanita comenzó a llorar. La abrasé con mucha fuerza. Trataba de calmarla, pero eran más de cuatro policías.
—¡Mis hijos son ciudadanos!
—¡Pero tú no!
Patearon a mi papá hasta el cansancio.
Mi hermanita gritaba ocultando sus ojos en mi cintura. Yo también lloré. Era domingo por la tarde. Por regla general la pasábamos en casa viendo movies. Mi papá compraba carnitas en la carnicería de Don Domingo, y rentábamos películas en Blockbusters. Pero ese día llegaron por mi papá, y se lo llevaron.
A las tres horas llegó una gringa mal encarada, y nos llevaron a mí y a mi hermanita a un lugar que parecía una cárcel. Todos nos miraban como animales raros, y discutían entre ellos qué iban hacer con nosotros. Hasta que gracias a Dios mi primo Jacinto apareció, y después de mucho hablar, y enseñar papeles finalmente nos fuimos con él.
—¿Qué pasó Jacinto?
—Los pinchis policías entraron en tu casa, le dieron una golpiza a tu padre, y lo deportaron.
—¿Lo qué?
Jacinto me miró con rostro de lastima.
—Lo regresaron para México.
—¿Por qué?
—No tenía papeles.
Me quedé pensando de repente. ¿Papeles?
—Mira Luisito, no sé qué va a pasar. Pero tú eres ciudadano, tú sí tienes derecho a estar aquí. Y tú padre quiere que te quedes.
—Pero yo y mi hermanita queremos irnos con él.
—Entiende chamaco, ahorita andan como perros. Se andan metiendo en las casas para agarrar a medio mundo. Y ni siquiera es la migra, son policías, que en lugar de andar agarrando asesinos prefieren pasar su tiempo agarrando gente que nada más quiere trabajar. No sé…a lo mejor tienen razón…entramos de ilegales. ¡Pero ellos hubieran hecho lo mismo en nuestras circunstancias! El hambre es canija Luisito, cuando no tienes que comer haces hasta lo que no.
—Pero ¿por qué me tengo que quedar?
—¡Pues así lo quiere tu padre!
Hace dos días llegó la gringa malencarada y se llevó a mi hermanita. Me dicen mis amigos que también a mi primo ya lo mandaron para México porque sus papeles eran falsos…eso de los papeles no lo puede entender. Todos los papeles son iguales ¿qué no? Pueden tener distintos colores o fotografías diferentes pero no dejan de ser iguales. ¿Cómo es que yo tengo y mi papá no? Creo que también mi hermanita tenía, pero se la llevaron también. ¿Cómo saben quién tiene y quién no? No entiendo. Nada más se encajan con los prietos como yo.
A lo mejor si escribo en un papel: “Este documento comprueba que Luís López Fernández sí tiene papeles”.
¿El papel es la prueba?
Como yo no entendía busqué en el diccionario qué quería decir papel.
—Hoja delgada hecha con pasta de fibras vegetales obtenidas de trapos, madera, paja, etc., molidas, blanqueadas y desleídas en agua, que se hace secar y endurecer por procedimientos especiales.
Yo no entiendo. Se llevaron a mi papá, me separaron de mi hermanita, y todo por un mugroso papel que yo nunca he visto.
Yo no entiendo…papeles…papeles…todo parece ser cuestión de papeles…
© David Alberto Muñoz, Ph.D.
Faculty Philosophy & Religious Studies
Chandler-Gilbert Community College
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david.munoz@cgcmail.maricopa.edu