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Creaciones Escolares/Spanish Workshop
—Trabajos del Taller Intensivo “La Crónica Viajera: Cómo Escribir El Mundo”, Universidad Nacional De Chimborazo, Riobamba, Ecuador, Junio 2013. Organizado por la Fundación Arte Nativo, Federación de Estudiantes de la Universidad Nacional de Chimborazo, Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador, entre otros organismos.
En este taller impartido por el Dr. Manuel Murrieta Saldívar los participantes desarrollaron el dominio de las técnicas y métodos para escribir, editar y publicar crónicas de la vida cotidiana y de la de viaje, sobre todo de la región de Riobamba, Ecuador y de espacios extranjeros o del “Otro”. Escribieron, comentaron, corrigieron y editaron sus crónicas, de las cuales aquí se presentan solo una muestra. Se despertó el talento y las habilidades para la escritura referencial, aprendieron definiciones del género y sus distintas variantes, y conocieron sobre la utilidad de los sentidos como receptores de información, el tacto, el oído, el olfato, la mirada, la capacidad de asombro…
Día de publicación: 13 -agosto-2013
José: la esperanza de vivir
Con inquietud le digo: “¿Imatatukunki?”, ¿qué le pasa? inicia su relato conmovedor: “nunca hemos ido al señor doctorcito, pero cuando nos dolía algo íbamos a la farmacia de Guamote o Alausí, y a veces el doctor daba jarabe, pastillita, pero con eso pensábamos que iba a pasar…
Imágenes de los autores
Por Piedad Zurita
piazurita@gmail.com
www.fundacionartenativo.blogspot.com
Cuando le digo “vas a mejorar”, se le quiebra la voz y con una mirada lánguida, alza sus manos al cielo y en señal de prerrogativa me dice: “ojalá mamita, diosito a de ayudar…”. Él se llama Jesús Pilamunga, pertenece al pueblo de los kichwas, y lo encontré en una cama del Hospital General Docente de Riobamba. Había llegado la madrugada del lunes 17 de junio, ese mismo día le ingresamos a mi padre con la agudeza de la edad que ya pesan al cuerpo, sus noventa años.
En la sala hay seis camas, junto a ellos están: Juan de 52 años por diabetes; Mariano de 45 años por haberse comido seis fresas del jardín del vecino, las mismas estaban sometidas a los “infaltables” abonos químicos; Tito, por presión arterial alta a consecuencia de su diabetes; Mario y su descompensación. La siguiente cama estaba libre.
“¿Maipitiwacharinkanki?” le preguntó a Jesús en su idioma materno kichwa: ¿dónde naciste? Sus ojos se pierden y se vuelven distantes, me dice: “vengo del campo, mi comunidad se llama Pachamama Chico, antes se llamaba Isinquis, allí nací; sembramos cebadita, habitas, lentejita “vicia” (comida para los animales). Tengo seis hijitos, el mayor 42, el menor 16; yo tengo 59 y me casé de 17 años y mi mujercita de 14. Mis wawitos (hijitos) cuando estaban en la escuela iban en las vacaciones a trabajar a la ciudad y ya cuando tenían 12 años ya se quedaron en la ciudad; luego se hicieron peones y albañiles y no regresaron de Quito, sólo una vez al mes vienen a la casita. En este tiempo hubiese sido bueno que nacieran mis hijitos, porque ahora exigen que estudien, antes era bueno no terminar la escuela, peor que fueran al colegio. Yo también iba de cargador a Pelileo y Ambato, recogiendo platita regresaba a la comunidad; cuando había buena carguita hacía a la semana 60, hasta 80 dolaritos, pero de ahí hay que pagar el cuarto, la comida y también traer platita a la casa. En la ciudad iba comprando zapatos usaditos para los wawas, camisita, suetercito llevaba…”
Me acerco al espaldar de la cama de hierro forjado, frío y gélido, le veo masticando pollo y disfrutándolo en actitud feliz, pero en segundos súbitamente lo expulsa al tacho de basura que está contiguo a su cama, y la alegría termina… Su codo permanece oblicuo en esa dirección, siento que el tacho es una extensión de su cuerpo, parecería que es indispensable para poder vivir; cada 5 ó 10 minutos tiene una relación con el objeto que tiene pegada una leyenda que dice “deposite aquí: papel, plástico, botellas, cáscaras de fruta, vasos…”. Este recipiente tiene dentro una funda de plástico roja y a pocos centímetros está el velador blanco con sus vértices oxidados. Junto a éste se levanta el soporte del suero, está la Dextrosa, que cada 3 segundos gotea, y el paso del tiempo se vuelve lento, la ansiedad y el dolor de José se hacen vívidos…
Con inquietud le digo: “¿Imatatukunki?”, ¿qué le pasa? e inicia su relato conmovedor: “nunca hemos ido al señor doctorcito, pero cuando nos dolía algo íbamos a la farmacia de Guamote o Alausí, y a veces el doctor daba jarabe, pastillita, pero con eso pensábamos que iba a pasar; tranquilito trabajaba en el campo, pero cada vez ya se iba cerrando, cerrándose el tunguri (esófago). Cuando iba a la chakra (terreno para el sembrado) a trabajar llevaba chintisito (comidita): tostadito, tortillita, según lo que Diosito daba; esto aguantaba hasta cuando llegaba a la casa a las 8 ó 9 de la noche. Hasta que un día, ya no podía tragar, se tapó el tunguri (esófago) por completo y ya jamás entró comida, así… así… pasó tres y cuatro semanas sin probar bocado, ni agua pasaba… Así que venimos al hospital a ver al doctorcito para que me cure… Tengo muchas ansias de comer: papitas, pancito, pero solo saborea la boquita y luego lo boto… no me pasa nada; los médicos dicen mañana vamos a ver, mañana vamos a ver…”
Junto a Jesús está su hijo que se presenta: “a sus órdenes, me llamo Pilamunga”; también está la esposa de Jesús: María, mujer kichwahablante (habla kichwa), alza sus ojitos con profunda tristeza y entre sollozos… me dice: “mamita mana mikunata pudin…(no puede comer) yshamunchiwasitashitashpaanimalkunatapaitahambinapak (venimos dejando la casita, los animalitos para curarle). Ella luce su traje ancestral cuyos colores cálidos resaltan en la sala lúgubre: son tres anakushina, (faldas) en escala de colores: rojo, morado y fucsia; el volumen visual hace que su pequeño cuerpo luzca robusto; su cintura circundada por un chumpi (faja) con diseños precolombinos; su torso está cubierto de rebosos, también en escala de colores que crean armonía con los anakushina (faldas). En su cuello se destaca un wallka (collar) rojo que luego de varias vueltas, no permite ver la piel. La forma cíclica en toda su vestimenta, tiene que ver con la cosmovisión andina, el universo en constante movimiento.
Nuestra civilización desarrolla un pensamiento propio: ciclicidad del tiempo y la vida. Pero corren las horas, llega la noche, el silencio, una luz que agoniza, 12h00. María y su hijo preparan los cartones en el piso; la esperanza renace en cada una de las personas que duermen, hasta cuando dan las 04h00, llega el nuevo día a la sala y todo se vuelve a repetir.
Es viernes 21 de junio y luego de pasar visita, los médicos dan “de alta” a mi padre, pero José se queda a la espera de los resultados que llegarán desde Quito. Su mano gira con un adiós….
¿Cómo se debe escribir Riobamba?
Surgiste al centro del mapa y te bautizaron con el slogan que más me sabe a cliché: “corazón de la patria”. Patria ecuatoriana que hace un tiempito ya empezó a dejar de ser ese país que provocaba reacciones de sorpresa entre gente que nunca supo de su existencia.
Por Natalia Morocho
Cuando tiene mucho frío en los pies, el Tayta Chimborazo se cobija bajo el poncho de la Mama Tungurahua y entonces las chuquirahuas, los cóndores, las rocetas sin tallo, las
almohadillas, los árboles enanos, los colibríes, los sapos y los mamíferos… todos los endémicos hijos de nuestra Pacha Mama comulgan.
Y en esa fiesta silenciosa (aparentemente), en alguna de las vueltas que da el planeta —que es una nave espacial hermosa—nacieron nuestros abuelos, los herederos de la fiesta. ¿Cómo habrá sido hace años la vida aquí? Cuando todavía no había luz ni velas, ni habían plásticos en los ríos. Cuando parir los hijos podía ser un orgasmo colectivo. Mucho antes de que a caballo un hombre enjuto pero altivo como la inmortalidad, cuando vivía, valientemente, fuera enlazando a sus hermanos en toda esta geografía que siempre supera las franjas políticas y puede extenderse desde lo que ahora es el camino del inca hasta el cuerno de la abundancia. Y más allá, ¿Por qué no? Si la libertad no tiene límites cuando se respeta la ajena. Además es la única forma de volar alto y volver al origen.
Yo, por ejemplo, nunca me voy a olvidar de mi abuelita, que se iba al mercado descalza y rezaba porque un olvido forzoso –inclusive- de su propio instinto le amenazó hasta hacerla infeliz. Pero si la recuerdo riendo ¡también! Y es la contemplación de ese contraste el que me empujó a hacerme tan fuerte. Para vivir una transmutación que haga desaparecer estos azotes que en el gesto taimado llevaron por siglos y siglos los dueños de esta tierra, desde que los que se creyeron “dueños de la tierra” les aplacaron.
Hoy somos todos una fanesca bien hechita. Con el único “pero” de no darnos cuenta. Por eso me dedico a soñar. Y luego cuento mis sueños para que se hagan realidad. Además ¡he vivido su realización! Que me ha dejado la experiencia de que los que más hablan de libertad –de expresión por ejemplo- si lo hacen solo para llevar la contraria, son los que menos la respetan. (¿Cambio de tema?)
¿Y si Riobamba es una mujer? Como en ese precioso Haikú:
Rosa con tallo,
anclada en el suelo gris…
Presa en libertad.
Plantada sin prisas, vivita y contenta porque nadie la ha arrancado. Y tiene raíces y es Gaia. Ella en el todo y todo en ella. ¡Claro que sí! A mi ciudad la llevo dentro. Entonces bien puede arrugarse dando fe de cada aprendizaje que yo viva, cuando mi rostro poco a poco se asemeje más a la tierra antes de volver a su abrazo y consuelo. Y puede sacudirse un día cuando se sienta renovada, para despojarse de la parodia que algunos pretenden llamar vida: la manía de la estafa. Y también la bronca del ecologismo extremista contra la salvaguardia del o(g)ro negro que nos “da chance” mientras reclamamos nuestro privilegio de autogobernarnos. ¡Eso primero! Y ¡obvio! El oxígeno, las fuentes, el entorno agradecidos aliviándose de inmediato y para siempre.
En armonía con las “otras” tierras (como si fuera posible decirlo así y no alejarse patéticamente del sentido común). Para siempre libertad. Para siempre deleite. Para siempre la minga y la pampa mesa.
Salud, no medicina. Amor y confianza, no terror. Para siempre la fiesta y la paz. Sí, ¡tiene todo!, mi Matria para ser mujer. De aquí a la península de lo incolonizable…
Por eso te mereces “guambra Bonita”, tener tus cronistas. Eres la ciudad de las primicias, después de todo. La cuna de Pedro Vicente Maldonado, la anfitriona de la primera firma de la carta magna, el primer vínculo entre costa y sierra, paso obligado con entretención acorde a la curuchupada que todavía se arraiga con ahínco por aquí… sembrando shopings y bueh… También la de los hacendados… la de aquel doloroso contraste que invitó a la palabra patrones a este cuento… ¡Pero no olvidar! ¡Eres la que hospedó a Bolívar! La romántica del tren que todavía recordamos pasando estruendoso y pitando junto al parque “infantil” más lleno de árboles hace no mucho, al lado del estadio antiguo, el primero de los primeros…
Surgiste al centro del mapa y te bautizaron con el slogan que más me sabe a cliché: “corazón de la patria”. Patria ecuatoriana que hace un tiempito ya empezó a dejar de ser ese país que provocaba reacciones de sorpresa entre gente que nunca supo de su existencia. Ese país que hoy por hoy suena en boca de los que prefieren no haber tenido que darse por aludidos a cerca de su soberbio orgullo y altivez.
Ciudad bonita, ciudad vasija, resquebrajada… inundada de arena, apodada como el perrito Sultán, el pana de la Tecla…. (unas mascotas que tuve el honor de conocer). Atorrante pomposidad de un ego inútil: Sultana de los Andes. Halago forzado cuando se elude la aquerencia urgente de la verdad que puja por salir a la luz. Una verdad nuestra que dista de ser ese barroquismo turco. ¿Acaso nació de un desesperado apuro por inyectarte sangre azul? ¿Tal vez, un arriesgado intento por sentirse más españoles que el español? Nombre para llenar el discurso junto a las poses. Digo yo.
La gente que no tiene nada que hacer debería dedicarse a revisar en qué punto les colmó tanto el desentendimiento por su prójimo, ¿Cómo sucedió que se burlaron por años de los indígenas entre los que luego esparcen caridad? A quienes pretenden reivindicar colocándolos en pedestales de piezas arqueológicas con el fin de guardar las apariencias de “Cultura de Élite”. Siguen tan ignorantes que no se han enterado que no hay peor contradicción. Era más productivo preguntarse cuándo la hipocresía les convirtió en algo tan horrendo como un asqueroso peinado cualquiera de vieja encopetada, estirada, esbirro de su propia
lástima al olvido de sí misma. Es preferible reescribir la historia enderezando la lengua, tal vez se lograría sin tanta elección de reinita (“acholada”).
Hoy te quejas de tus seudo-representantes, del desatino y el individualismo, de la abusiva corrupción. De tu disfuncional “estructura”. Vuelves a conmoverme: como a una raptada que fue prostituida y unos dictadores al regresarla, para disimular los moretones le cuelgan unos aretes nuevos a la vez que le sacuden la ropa vieja. Te entregan los que repiten como borregos la tranza y la “astucia”. Te derrumban para enterarse a media demolición que tenías protección patrimonial. O que deberías haber tenido. Con difusión amorosa. Oportuna. Con educación efectiva. Afectiva. Te adornan con postes nuevos de apantallar con “obra” envueltos en el plástico que nadie quitará sino el viento. (Oigo la voz de mi abuelita: “bendito”) …que no se avanza para erosionar los orines bajo el monumento. Ni la terquedad de burro en los sesos de los reprimidos cabríos, huérfanos del sistema KK-Colista al que se postran ya sin saberlo… ¡Estudiantes secundarios! Víctimas de la pobreza mental de tus ciudadanos ilusos con pretensiones de société.
La misma dinámica en las universidades. Huir del trabajo y del crecimiento personal original y honesto cayendo en los roles de siempre: las reinitas acompañando a su respectivo cabildo mientras entre ellos compiten… cada vez más trabajada su voz, su “varonil” pose…su caballerosidad (INCIERTA)… Las voces suaves pero firmes, mil veces reproducido el sueño del soldadito que se autoproclamó capitán mal usando palabras de paz por armamento. Y desde aquí cultivando lo que llaman “orgullo y dignidad”. Viendo quien cae primero. Quien escala pisando a los demás. Mientras… Los que acapararon el discurso “hacen como que trabajan” y se hacen llamar –algunas veces— maestros.
Lo que me lleva a recordar ese sótano en que el único abrigo que yo llevaba conmigo eran mis apellidos, no esa historia frígida representada por restos arqueológicos de algún museo. Vestigios estudiados a la fuerza solo para cumplir con la exigencia curricular y que permanecen congelados en la penumbra aguardando la próxima visita de los estudiantes tan indiferentes como sus profesores (pero por lo menos no tan muertos en vida y pataleando inquietos todavía, como peces que se ahogarán si no son devueltos al mar. ¡Y pronto!). Claro que hablar de profesores me compromete a hacer justicia a quienes me enseñaron
que las palabras tienen excepciones porque son integridad de principio. Un barro antiguo que quedó de otros mundos hace que estas piezas sean algo especial aunque lloren hacia adentro, bajo un techo pero al olvido del calor humano, quizás son custodiados por la sombra de promesas de un resurgimiento en fraternidad. Sombras de Fraternidad!!! Qué palabras chocantes al interior de una “arquitectura” que se
prolonga del techo hacia el piso o del piso hacia el techo… con disfunción de risa y apaciguamiento para la rabia pertinente de cualquier revuelta. Adormecida… con tilo maquiavélico de poesía muerta. Machismo.
Borrachera.
Que se lleve el viento esa triste reproducción como acetato rayado de nuestro sistema educativo arcaico y caduco… Y a los que ultrajan la imagen del auténtico Yachag. A los falsos constructores que creen que uno mismo no puede hacer su camino. Los de sonrisa de careta que siempre esperan el saludo y viven convencidos que tienen la razón. A esos buitres y esas momias. A quienes no se arriesgan a perdonar. A los que juegan al poder. A los que tiran a ganar. A los que desconocen que recibir es dar y que funciona de ida y vuelta. A los que no se enteran que nadie es dueño de lo material y las cosas son de quien las necesita, incluido el dinero. Y a esos que no se dan por aludidos ante algo concreto: que solo expresiones que actualmente están “en peligro extinción” merecen llamarse ARTE con todas sus letras. ¡Qué nos envuelva una flama de amatista para resurgir de entre las cenizas! Como la magia de mi “suerte”. La que me forjo. Que me ha devuelto la voz. Que está siempre al servicio de quien escoja llamarse amor. Queda en mi el presente renovándose, mis renacimientos, mis partos-creativos, mis hijoscreaciones. Mis padres a los que siempre llevo conmigo. Y tú Bolívar ¿Si tú eres mi padre y La Matria tu amor?, yo voy de su mano. Sabemos que cuando yo les sujeto podría soltarme, pero como ustedes son los que me tienen a mi, sé que pase lo que pase estoy segura. ¡Su amor es inquebrantable!
¡La Moya! Una puerta mágica al Chimborazo
Dice la leyenda que no importa el oro ni la plata, lo que importa en ese momento es la paz sublime que tienes, que inclusive no quieren salir del templo y afirman que la paz es una maldición y el alma queda pegada al Taita sin querer salir ni alejarse jamás.
Por Moisés Yumancela
Con la bruma en la cara y mucho frío, típico de Friobamba, empezamos el viaje “que transformará vidas” decían mis amigos, la comunidad está cerca de la capital de Chimborazo a unos 15Km. Miraba por la ventana del auto y parecían cuadros de una película de National Geographic, el paisaje, las mujeres, los animales, que hermoso es mi país con orgullo decía el consciente y el inconsciente.
Llegamos a la Moya gritó un compañero, miramos un lugar hermoso de viento congelante que hasta los huesos tiritaban. La gente se agrupo para el recibimiento con ese calorcito de la gente que trasmite su alegría y te olvidas de todo.
Rodrigo nos lleva hacia un lugar donde ellos han separado y preparado como un museo pero comunitario hecho por sus propias manos y contado por su propia gente acerca del “Taita Chimborazo”. Lo que me llamó la atención fue la historia del templo Macha y donde se relataba que: “ese templo está lleno de oro y mucha paz, es donde tu mente tu cuerpo y alma se enlaza sobrenaturalmente con el punto más alto del Planeta El Chimborazo.
Dice la leyenda que no importa el oro ni la plata, lo que importa en ese momento es la paz sublime que tienes, que inclusive no quieren salir del templo y afirman que la paz es una maldición y el alma queda pegada al Taita sin querer salir ni alejarse jamás.
Al medio día nos deleitamos de una gastronomía inigualable, comimos un plato típico que lo llama “Cari Ucho” consiste en patas con cáscara, queso, un jugo de limón con sal y yerbas; también nos compartieron albóndigas de carne de llamingo muy deliciosas.
De regreso siendo ya las 15h00 cansados pero satisfechos, llenos de paz, de intrigas del Taita Chimborazo que se quedan en la cabeza dando vueltas, queda el sabor insaciable de volver otra vez para descubrir al taita como lo dicen, desde mi corazón, nace en mi garganta un grito “LA MOYA SI ES LA PUERTA DEL CHIMBORAZO, YO LO VIVI!”.
Un día de luto en Riobamba-Ecuador
Gente va y viene, en la mañana muy temprano a eso de las ocho,las flores intentan alegrar y colorear de alguna forma el lugar, la música es un elemento presente…
Por Andrés Carrazco
La muerte, el traslado de una persona hacia otra dimensión o simplemente la desaparición de su presencia física para siempre. El cuerpo de aquel individuo que ya no está, es observado y contemplado en la funeraria Monte de Los Olivos. Aquí palpo un lugar diferente a lo rutinario, donde se puede descubrir a la persona en ciertos aspectos, cómo son desde su lado más humano y sensible, hasta su lado más egoísta e interesado. Observo sentimientos variados e impactantes, como distintas lágrimas desde el palpitar de los ojos de un rostro inocente, van de a poco contagiando de soledad a la totalidad del lugar, a los distintos presentes y el ambiente se convierte en una expresión de tristeza emocional manifestada en la desaparición de la sonrisa.
Gente va y viene, en la mañana muy temprano a eso de las ocho,las flores intentan alegrar y colorear de alguna forma el lugar, la música es un elemento presente,que con su melodía hace que las personas principalmente de edad avanzada canten con fuerza y fervor, por la fe inquebrantable hacia la religión.
Aparece más tarde a eso de las diez, la persona con su cigarrillo, que durante el día cada momento fuma, fuma y fuma sin parar, con pretexto de olvidar el momento y en busca de relajación. Esta personano tiene contacto con nadie más que su pensamiento y su propia soledad.
Después, a las once de la mañana aparecen los conocidos y familiares del difunto de otro lugar fuera de la ciudad de Riobamba, dichos familiares demuestran una actitud un tanto misteriosa con las demás personas. Observo el rompimiento de los típicos comportamientos en el lugar, las personas empiezan a sospechar y se empiezan a preguntar el porqué de su presencia y el porqué de sus lágrimas.
Entiendo que son tan solo pseudos familiares que jamás en la vida estuvieron junto al difunto y en este día sus aparentes tristezas que se visibilizan exteriormente, son tan solo hipocresías. Su objetivo es llamar la atención, la hija menor aparenta desmayarse y luego ante el oído de ciertos presentes, escucho como manifiesta la obligación de sus padres a estar allí, sus deseos de marcharse desde el primer momento de haber llegado.
Más tarde, el cansancio del día o tan solo el aburrimiento acumulado, se evidencia en los distintos rostros, se lleva a cabo la misa a las doce del mediodía, donde el sacerdote con un tono de voz ronca y con la Biblia en mano, manifiesta las palabras litúrgicas. Palabras repetidas de todas las misas, palabras conservadoras, donde miro de manera concentrada, que esto provoca el retiro de varias personasdel lugar y en otros el suave decaimiento de los parpados que cubren sus ojos llorosos e irritados, empezando el camino hacia un sueño profundo.
Por último, cuando la luz del día cae, a eso de las nueve, viene el típico café y galletas de coco, donde en ese instante se refleja el interés de las personas, aquí nadie se duerme todos están expectantes por recibir su ración, aparece gente que es y no es, y sobre todo la totalidad de presentes están ahora contentos y el cansancio se nota esfumado totalmente.
Riobamba: La crónica en un taller a
cargo de Manuel Murrieta
Después de varias orientaciones y una que otra lectura del cronista Manuel Murrieta, la proyección para la siguiente jornada de capacitación es desarrollar una crónica…
Por Ines Díaz Chirán
El mexicano Manuel Murrieta de una destacada hoja de vida en el mundo de las letras llegó hasta la Sultana de los Andes para compartir el mundo de la crónica con universitarios y público en general.
Una participación refrescante fue la de tres jóvenes adolescentes que junto a su maestra llegaron un tanto atrasados pero con muchas ganas de aprender; se trata de Erick Yuquilema, Jairo Danilo Colcha y Robert Cuzco de 14 años de edad que se encontraban en un mundo nuevo lleno de gente adulta, pero muy interesados en hacer nuevos amigos y adquirir conocimientos.
La Lic. María Avendaño, que llegó con los chicos del Colegio Rodrigo Barreno Cobo de la Parroquia de Quimiag, dijo que la rutina de sus clases se vio felizmente interrumpida por una invitación que le pidieron cubrir de inmediato; enseguida escogió a tres jóvenes destacados en su clase de Lengua y Literatura y con un espíritu aventurero y para dejar un momento la rutina del cole, se vinieron felices para la UNACH.
Erick, Jairo y Roberto de décimo año de Básica, un poco temerosos todavía manifestaron su admiración por la constante participación de todos y a pesar de no tomar la palabra se mostraban complacidos por el aprendizaje que esto les significa en su vida.
Después de varias orientaciones y una que otra lectura del cronista Manuel Murrieta, la proyección para la siguiente jornada de capacitación fue desarrollar una crónica; los más jóvenes de este taller dibujaban sus ideas alrededor de Riobamba, de su antigüedad, de su belleza y la banda de música de su colegio.
El siguiente jueves concluyó la jornada con la revisión de las crónicas levantadas por todos los participantes y se produjo un colectivo que motivó a ser un nuevo actor literario en la Sultana de los Andes.
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Galería del taller en Facebook”:
Crónicas y otros textos sobre esta experiencia en Ecuador:
EL TREN DIFÍCIL QUE VOLABA EN LOS ANDES
https://culturadoor.com/?p=7469
INSTANTÁNEA DEL CHIMBORAZO
https://culturadoor.com/?p=7396
Por: Natalia Guashpa en Aug 13, 2013
Gracias Manuel por haber contribuido muchísimo en el aprendizaje de la crónica y sobre todo en los chicos del cole… Gracias mil…grandes abrazos
Natalia Guashpa
gayita.naguba@gmail.com
Por: Nata Morocho en Aug 14, 2013
¡Qué aburridora fui! ¡Qué bueno que ya me recicle! jajaja! SALUDOS!!! Y Gracias Manuel!
Nata Morocho
manamogo@gmail.com
http://manamogo.blogspot.com
Por: Justo S. Alarcón en Aug 14, 2013
Hola, Manuel: Con mucho gusto y entusiasmo leí lo que expones aquí y las magníficas crónicas de los jóvenes a quien tuviste el privilegio de compartir tus talentos y cariño. ¡Qué encantador todo esto! Tu talento, tu vocación y tu misión no cabe duda de que, además de escritor, es de un admirable pedagogo. Al ver y leer todo esto me vino al recuerdo una experiencia aunque ya lejana, intensamente rediviva = Tuve un día un joven estudiante (como a los que animaste a escribir sus crónicas en ese taller). Da la casualidad de que ese estudiante se llamaba “como tú” = Manuel.
Hubo un detalle, solamente un detalle (detalle impensado e inesperado que brotó como un luciente relámpago). Este estudiante tuvo la ocurrencia (y la confianza) de preguntarle al profesor (que también yo conozco y conoces) una simple intuición sagaz: “¿Podría cumplir yo con el requisito del curso por medio del cual lograra satisfacer escribiendo una ‘crónica’ en lugar de un ensayo académico a ‘lo tradicional’” Me quedé subitamente pasmado ante la disyuntiva, pero un pasmo genial: “Adelante, Manuel”.- pronuncié sin pensarlo Y de esta visión incólume estudiantil y de una decisión permisiva del profesor, salió un gran “cronista”.
Si no sabes quién fue ese predestinado futuro profesor te lo recordaré yo: El nombre completo de ese joven visionario es otro que el de Manuel Murrieta Saldivar”.
Un gran abrazo, vigoroso profesor poseedor de un gran talento y de un latiente y caluroso corazón.
Bendiciones.
Justo S. Alarcón (Alias “El Profe”)
justo@asu.edu