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Altar “Tijuanita” es autoría y dirección de Jorge Celaya —dramaturgo nacido en el poblado de Altar, Sonora—, escribe la obra que es en parte una autobiografía. El texto es fiel a los principios de Celaya, sus propuestas traen a la escena lo que acontece en su entorno, en el contexto que vive la frontera norte de nuestro país, tierra que comparte el desierto con los sueños de sus habitantes…
ARTES ESCÉNICAS
Imágenes: http://atrapaarte.com/blog_altar-tijuanita.html
Por Roberto Sosa
http://atrapaarte.com/blog_altar-tijuanita.html
—Desde Ciudad de México, especial para Culturadoor.com—
Día de publicación: 26-Octubre-2015
Altar de silencio, Altar de soledad, Altar de esperanzas, Altar de venganzas… Altar Sonora, México, territorio donde no para la violencia, la inseguridad, la incertidumbre, la guerra entre narcos o: “entre narcos y policías, o entre narcos y políticos…es lo mismo”. Para tomar la ruta del infierno, no es necesario estar muerto, es aquí, en esta vida, en este México que se desgarra, que se nos cae a pedazos…
La dolorosa, terrible y cruda realidad se desborda del escenario, se nos mete por la piel, nos sacude, nos perturba… impacta. La puesta en escena logra quizá más de lo que su creador esperaba. El tema, como lo aborda y la forma de interpretarlo; el discurso escénico es contundente y doloroso. El infierno está sobre el escenario y la experiencia no es agradable (no puedo olvidar a esta joven al salir de la función, no podía hablar, con un nudo en la garganta, alcanzó a comentar que comprende el dolor de las mujeres que viven situaciones como lo que vive el personaje femenino).
Los hermanos Dago y Guadalupe encerrados dentro de un pequeño cuarto, esperan al “pollero” que los habrá de llevar al otro lado, al país vecino del norte en busca de una utopía; tienen en dos urnas las cenizas de sus padres, las llevan consigo para tirarlas en el desierto. Los dos esperan cruzar la frontera; afuera se escucha el tableteo de las ametralladoras, la muerte habita en todo el territorio.
No hay esperanza, no hay salida, tienen dos opciones: ir con el “pollero”, es quizá morir en el desierto, en su intento por llegar a Estados Unidos; o quedarse y vivir con las condiciones que impone el crimen organizado y caer en manos de la “autoridad…”. La policía es representada por un corrupto comandante que simboliza al gobierno, que debajo trae los calzones cagados, incapaz y además impotente (se quiere coger a Guadalupe, pero no se le para).
Y dentro de todo existe la fantasía: un músico con un acordeón canta corridos y se va transformando en Blue Demon; un enmascarado que el policía pretende silenciar, le fractura los dedos para que ya no toque; Guadalupe le cura cada dedo dislocado. El pasado regresa para hacerlos soñar: antes había venados, praderas verdes, ríos… Hoy solo se escuchan disparos, balas que terminan con la vida, con las ilusiones.
Altar “Tijuanita” es autoría y dirección de Jorge Celaya —dramaturgo nacido en el poblado de Altar, Sonora—, escribe la obra que es en parte una autobiografía. El texto es fiel a los principios de Celaya, sus propuestas traen a la escena lo que acontece en su entorno, en el contexto que vive la frontera norte de nuestro país, tierra que comparte el desierto con los sueños de sus habitantes; con dolor, injusticia y muerte, con: “carne ahumada por el sol del desierto…”
El impacto que alcanza la obra, tiene mucho que ver con su equipo creativo —el cuarto donde están encerrados los hermanos, están sillas en los costados para que el público las ocupe; tienen en sus respaldos una cruz, como si fueran tumbas, de esta forma el espectador es un muerto que contempla la escena— y se rodeó de un gran elenco: Osvaldo Sánchez (Dago), Sonia Couoh (Guadalupe), Noé Botello, Mario Morales y Diego Santana. Todos están en el mismo nivel actoral, espléndido trabajo en sus interpretaciones. No obstante, cabe destacar la labor de Osvaldo y Sonia, simplemente excelentes.
La dramaturgia narrativa impacta en el espectador a través de las actuaciones, la obra llega a puntos supremos en más de una ocasión, y después baja; alcanza el clímax y después desciende, es decir, te atrapa, te sube y te libera, te deja respirar, para volver de nuevo, no obstante —mi opinión—esto estira en tiempo el discurso escénico. La puesta en escena tuvo funciones los lunes del 3 de agosto al 19 de octubre en el teatro Xola – Julio Prieto de la ciudad de México.
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Nota del editor: Para mayor información de esta obra así como nuevas fechas y lugares de presentación de Altar Tijuanita, contacte al creador y director Jorge Celaya: celaya85@yahoo.com